Higiene menstrual, el último eslabón del saneamiento completo

En un nuevo proyecto en Malaui abordamos la higiene y educación menstrual en las escuelas como elemento integral e insustituible de cualquier planteamiento de acceso al agua y al saneamiento. Más allá de agua limpia y letrinas seguras, las escolares necesitan instalaciones dedicadas, acceso a suministros, la capacitación del profesorado y cambios culturales entre los chicos, sus padres y el resto de la comunidad. Sólo así podremos hablar de saneamiento completo.

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 Un proyecto pionero en Malaui

En Malaui, estamos colaborando en un proyecto con UNICEF en cuatro escuelas con un enfoque que contempla todo el ciclo del saneamiento con perspectiva de género: acceso al agua, letrinas seguras y privadas, instalaciones de lavado de manos, espacios dedicados a las estudiantes, la adecuada educación en salud menstrual y acceso asequible a los productos de higiene femenina.

El proyecto se desarrolla en la zona periurbana de la capital del distrito de Lilongwe y en la zona rural de Chikwaw. Allí, de media en las escuelas, hay una letrina por cada 150 estudiantes, lo que es insuficiente y una de las causas de su deterioro: muchas se embozan y es el alumnado, sin formación sobre su funcionamiento, el encargado de limpiarlas, muchas veces como castigo impuesto por un profesorado también sin capacitación.

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El lavado de manos es fundamental para garantizar la salud de los escolares. © UNICEF

 Acceso al agua con energía solar y letrinas seguras privadas

Sin agua limpia no hay saneamiento ni higiene. En el entorno de las escuelas el acceso al agua es incierto, ya que el nivel de la capa freática ha descendido a causa de las recurrentes sequías de los últimos años y es inalcanzable para las bombas manuales Afridev que se suelen usar en la zona, ya que estas sólo pueden extraer agua a una profundidad máxima de 45 metros.

Por ello, el primer paso del proyecto es la restitución del suministro y la única posibilidad es utilizar bombas mecánicas. Para evitar los caros y contaminantes combustibles fósiles se están instalando bombas impulsadas por energía solar; es un sistema de funcionamiento más sencillo y más sostenible también en cuanto al mantenimiento.

En el acondicionamiento de las letrinas se están construyendo espacios dedicados para que las chicas puedan gestionar su higiene menstrual; dispondrán de agua corriente, una puerta que se podrá cerrar por dentro y un tendedero, de forma que puedan lavar y secar compresas y prendas.

El profesorado, debidamente formado en saneamiento, transmitirá sus conocimientos a los alumnos para que utilicen y mantengan correctamente las letrinas, y asegurar así, de un curso a otro, la sostenibilidad.

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Sin agua limpia no hay saneamiento ni higiene. © UNICEF

 Educar para la salud menstrual, la clave del saneamiento completo

En Malaui, el 82% de las niñas no saben nada sobre salud sexual ni la menstruación antes de su primer ciclo, además muchas de ellas ni siquiera conocen su existencia al experimentarlo. Una vez en la pubertad, siguen teniendo muy poca información fisiológica cabal en su comunidad, ya que existen muchos tabúes al respecto. Algunos de ellos están muy extendidos en muchas comunidades rurales de África y el sur de Asia: que se van a morir si alguien ve la sangre, que esta se puede utilizar en prácticas de brujería, que arruinan las cosechas, etc. También, muchas veces, al menstruar, sufren el acoso y la burla de sus compañeros, quienes desconocen el tema o tienen una visión culturalmente distorsionada.

El proyecto incide en lograr un cambio profundo en el enfoque educativo. La formación de los chicos es esencial para que los resultados conseguidos con sus compañeras prosperen en el futuro. También es imprescindible que las madres y el profesorado accedan a información científica y sanitaria para garantizar el cambio de las pautas culturales sobre la menstruación y la salud sexual.

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En Malaui, el 82% de las niñas no saben nada sobre salud sexual ni la menstruación. El proyecto incide en lograr un cambio profundo en el enfoque educativo. © UNICEF