El smartphone apareció hace 10 años y ahora disponen de él 5.500 millones de usuarios. El retrete se inventó hace 4.000 años, pero sólo 5.000 millones de personas lo tienen a su alcance. Los hilos que mueven motores de la economía son complicados y sutiles, pero existen factores socioeconómicos tangibles sobre los que se puede actuar. Éste es el objetivo del Día Mundial del Retrete de este año: concienciarnos y reflexionar sobre cómo el saneamiento, o su ausencia, puede afectar a los medios de subsistencia de los más necesitados y cuáles son las soluciones viables para esta lacra.
De este modo, “Aseos y empleo”, el lema que ha lanzado para 2016 las Naciones Unidas, entra de lleno en la difícil situación económica que rodea a las comunidades que carecen del saneamiento básico.
Hay más de 2.400 millones de personas sin acceso a servicios básicos de saneamiento, como retretes o letrinas. Esta situación es la principal causante de que 1.800 millones, seis veces la población de Estados Unidos, utilicen una fuente de agua contaminada con materia fecal, lo que provoca la propagación de múltiples enfermedades infecciosas, como la diarrea, por la que mueren cada día unos 1.000 niños.
Pero la falta de saneamiento básico no es sólo un problema higiénico y medioambiental. Es un freno al desarrollo en todos los sentidos. Lo es desde el punto de vista social, pues las enfermedades infantiles desestructuran las familias y las comunidades; y lo es desde el económico, pues cada año se gastan más de 1.700 millones de dólares en el tratamiento de enfermedades infecciosas transmitidas por el agua.
Por otra parte, las mujeres y las niñas que carecen de la privacidad del retrete sufren constantes agresiones sexuales y robos, y las adolescentes que menstrúan en escuelas que no disponen de aseos adecuados tienden a no asistir a clase esos días.
La falta de acceso al retrete ha creado también una lacra sociocultural: la defecación al aire libre. Los 946 millones de personas que aún la practican no conocen otra posibilidad. El retrete no está integrado en su cultura, pues nunca ha existido en su grupo social o étnico. Hay pues mucho trabajo que hacer en educación asociado a la implementación de las letrinas y el saneamiento para que las instalaciones sean sostenibles y así los beneficios socioeconómicos sean tangibles.
También hay un problema político. Algunas veces se ha dicho que el saneamiento es el “hermano pobre” del agua, porque a menudo parece que haya ido a la cola en los planes de inversión de las administraciones. Siempre ha sido más difícil involucrar a las instituciones en algo que suele ser más caro y complejo que procurar el simple acceso al agua. Así mismo a algunos gobiernos nacionales y locales les ha sido incómodo afrontar el problema de la defecación al aire libre; no sólo por una cuestión de prestigio, sino por no tener que admitir la situación socialmente injusta en la que viven algunas de sus comunidades.
Por otra parte, históricamente también ha sido más difícil obtener información estadística fiable del saneamiento: el pudor impide muchas veces confesar prácticas higiénicas inadecuadas; sin embargo, cualquier persona reclama abiertamente el derecho al acceso al agua.
La mesa redonda ‘Saneamiento: el motor del progreso’
Las soluciones al problema tienen que provenir pues de un enfoque multidisciplinar y participativo. Se tienen que tener en cuenta conjuntamente los factores económicos, tecnológicos, climáticos y culturales de las zonas afectadas. Asegurar que todos los pasos que se den sean sostenibles es fundamental para lograr el objetivo nº 6 del desarrollo sostenible.
Ésta es la finalidad de la mesa redonda Saneamiento: el motor del progreso que organiza la Fundación We Are Water en el Roca Madrid Gallery. El próximo 17 de noviembre, coincidiendo con el Día Mundial del Retrete, David Escobar, socio fundador de iAgua, moderará un debate con cinco expertos en saneamiento: Siqui Sánchez, fotógrafo profesional responsable del proyecto Toilet Planet; Fernando Espejo, Ingeniero Técnico de Obras Públicas; Aniza García, abogada y miembro del Consejo Asesor del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento hasta 2012; Ángel Morillo, Arqueólogo, y Xavier Torras, director de la Fundación We Are Water.
La mesa redonda planteará la importancia del saneamiento a lo largo de las civilizaciones, un enfoque que entrará de lleno en los aspectos socioeconómicos, culturales y educativos de este derecho humano que debe ser abordado desde la transversalidad de distintas disciplinas académicas.
Se tratará la evolución histórica del binomio higiene/espacio de baño, especialmente en el periodo decisivo de los siglos XX y XXI, a nivel social, económico y arquitectónico, y se debatirá un factor clave en la sostenibilidad de las instalaciones: la educación como antídoto de los tabúes que aún existen en cuanto a las prácticas higiénicas.
Todo ello es esencial para que el saneamiento, imprescindible para el progreso de las sociedades más necesitadas, acabe llegando a todos.