Cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció en 2015 los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para sustituir a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), una novedad destacable fue la inclusión de una objetivo específico para el agua y el saneamiento, el ODS 6. En él se definieron ocho metas técnicas relativas a:
6.1El acceso al agua potable
6.2 El acceso al saneamiento y la higiene
6.3 La calidad del agua y la gestión de las aguas residuales
6.4 La utilización eficiente de los recursos hídricos
6.5 La gestión integrada de los recursos hídricos
6.6 La protección de los ecosistemas relacionados con el agua.
6.A La creación de capacidades de gestión.
6.B La participación de las comunidades locales en la gestión.
Datos para el seguimiento
Las dos primeras metas hacen referencia a la relación directa de las personas con el agua para beber y su salud, mientras que las restantes se centran en la adecuada gestión del agua para la seguridad alimentaria y la salvaguarda del medio ambiente. La ONU asignó a la OMS y UNICEF como los organismos custodios de las tres primeras metas a través del Programa de Monitoreo Conjunto del Abastecimiento del Agua, el Saneamiento y la Higiene (PCM, también conocido por sus siglas del ingles, JMP).
En 2018, el PCM publicó los datos globalessobre acceso al agua y saneamiento, a los que añadió en 2019, justo antes de la pandemia de la covid-19, los de higiene. Desde entonces, esta base de datos es la referencia básica sobre la evolución de las metas clave del ODS 6 y también establece una imprescindible unificación de la terminología usada que hasta ahora ha sido un tanto confusa para la mayoría de las personas no versadas en las graves deficiencias del derecho humano al agua y el saneamiento reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010.
Veamos los términos básicos de las dos primeras metas y los nuevos indicadores para su seguimiento establecidos por el PCM:
El vocabulario de la meta 6.1
La primera meta reza así: “Lograr el acceso universal y equitativo al agua potable, a un precio asequible para todos”. Es preciso comprender el significado de cada uno de estos términos:
“Acceso” hace referencia a la existencia de agua suficiente para satisfacer las necesidades domésticas disponible cerca de los hogares.
“Universal” quiere decir que se extiende a todos los entornos y escenarios de cobertura, incluidos hogares, escuelas, centros de salud y lugares de trabajo.
“Equitativo” señala que no deben existir desigualdades entre distintos grupos de población.
“Agua potable” es la que es apta para beber, cocinar, preparar alimentos y la higiene personal. Obviamente debe estar exenta de agentes patógenos y de productos químicos tóxicos a niveles dañinos para la salud.
“A un precio asequible” implica que el pago por los servicios no represente un obstáculo para el acceso, ni impida que las personas satisfagan otras necesidades humanas básicas, como dejar de comer o perder la vivienda.
“Para todos” significa que es adecuada para su uso por hombres, mujeres, niños y niñas de todas las edades, incluidas las personas con cualquier tipo de discapacidad.
¿Qué es una fuente mejorada de agua?
A nivel de comunicación, el nuevo indicador ha ayudado a clarificar el significado de “fuente mejorada de agua”, un término que tradicionalmente ha arrastrado cierta confusión para la opinión pública y que es fundamental para evaluar la situación de acceso al agua y el diseño de soluciones.
El PCM considera una fuente mejorada de agua la que cumple estos tres requisitos:
1. Está ubicada dentro de la vivienda o en el patio o parcela de la misma.
2. Está disponible en el momento en que se la necesita.
3. Cumple con los estándares para contaminantes fecales y químicos prioritarios.
Las fuentes mejoradas pueden ser tanto el agua corriente como los pozos de agua y manantiales protegidos, ytambién el agua de lluvia recogida adecuadamente. También se consideran fuentes mejoradasel agua envasada o la suministrada por camiones cisterna o carretas con control sanitario.
Respecto al agua contaminada, el PCM especifica las siguientes pautas de la OMS:
Contaminación fecal. Es de control prioritario para todos los países. El agua para consumo humano debe estar exenta de la bacteria Escherichia coli (E. coli) en una muestra de 100 ml. El aislamiento de esta bacteria en el agua da un alto grado de certeza de contaminación de origen fecal. También no debe tener bacterias coliformes termotolerantes. Estos microbios son las causantes del 9% de las muertes de menores de cinco años que habitan en las regiones más pobres, y entre los niños menos favorecidos.Las diarreas crónicas llevan a la desnutrición o la empeoran debido a la falta de alimentos, que es otro mal endémico de estas zonas; según UNICEF, 20 millones de niños y niñas menores de cinco años sufren desnutrición aguda.
Contaminación química. El JMP señala dos tipos de la denominada “contaminación natural” del agua que se da principalmente en los acuíferos cuando el agua, en su fluir subterráneo, disuelve diversos compuestos que se encuentran en las capas del suelo. Entre ellos, los más notables son las sales de flúor (los fluoruros), que es la forma en que se encuentra este elemento en la naturaleza, y el arsénico, un metaloide muy común en la atmósfera, la hidrosfera y el suelo.
La concentración de fluoruro no debe excederlos 1.5 mg / lt (1.500 microgramos por litro). Según la OMS, hay en el mundo más de 400 millones de personas afectadas por la contaminación por flúor en el agua.
La concentración de arsénico no debe superar el valor de referencia provisional de la OMS de 10 μg / lt (10 microgramos por litro). Más de 140 millones de personas en el mundo sufren las consecuencias de la presencia de arsénico en unos 70 países. También la contaminación por arsénico es debida a la actividad humana como ocurre en las minas de oro descontroladas como las de Ghana, y algunas de Colombia, Perú y otros países, ya que el oro se encuentra en rocas con alto contenido en este metaloide que se vierte al agua como residuo al separar el metal noble.
El indicador clave: ¿Quiénes tienen agua y qué agua?
El JMP creó en 2017 un indicador clave para seguir la evolución de la meta 6.1: “la proporción de la población que dispone de servicios de suministro de gestionados de manera segura”. Para ello clarificó y unificó la escalera de categorías de acceso al agua para el consumo humano que se había venido usando hasta entonces de forma un tanto confusa. De mayor a menor calidad, el acceso puede ser: gestionado de forma segura, básico, limitado, no mejorado y de aguas superficiales.
Veamos con más detenimiento cada uno de ellos y quiénes en el mundo los utilizan:
Gestionado de forma segura
Es el agua de una fuente mejorada. Según el indicador del JMP, en 2020, 5.879 millones de personas, el 74,35 de la población mundial,disfrutan de ello.
Básico
Cuando el agua proviene de una fuente que cumple los requisitos de una mejorada excepto que no se encuentra en el domicilio, pero el tiempo de ida, espera y vuelta de ir a por ella no sea mayor a 30 minutos. 1.235 millones de personas en el mundo (764 en las zonas rurales y más de 470 en las urbanas) utilizan este acceso al agua.
Limitado
Cuando el tiempo de desplazamiento a la fuente de agua potable es superior a 30 minutos, el acceso se cataloga como “limitado”. Alrededor de 282 millones (casi 210 en las zonas rurales y unos 72 en las urbanas) se encuentran en esta tesitura. Nuestra campaña #nowalking4water da visibilidad las mujeres y niñas que son las más perjudicadas por esta deficiencia. Sólo en África, más de una cuarta parte de la población, la gran mayoría mujeres, sobrepasa este tiempo andando para ir y volver de la fuente de agua.
No mejorado
Es el acceso al agua que provienede pozos excavadoso de manantiales no protegidos; es decir que no cumplen los requisitos de las fuentes mejoradas que se han descrito anteriormente. Más de 367 millones de personas (unos 294 en las zonas rurales y más de 73 en las ciudades) consumen esa agua exenta de cualquier garantía de salubridad.
Aguas superficiales
En esta categoría se sitúa el consumo directo del agua de ríos, embalses, lagos, estanques, arroyos, acequias, canales de riego o charcas. El 1,56% de los hogares, casi 122 millones de personas (más de 110 en las zonas rurales y más de 11 millones en las ciudades), sufren esta situación.
La esencia del problema indica el camino a la solución
En resumen, una cuarta parte de la población mundial, 1874 millones, no tenia acceso en 2020 al agua potable en sus domicilios, pero disponían de fuentes mejoradas en los alrededores. La peor parte se la llevan los que no disponen de fuentes salubres, ni siquiera en su domicilio, que suman 489 millones.
En estos colectivos, se han basado nuestros proyectos de acceso al agua en las zonas más desfavorecidas del mundo. De los más de 1.812.500 beneficiarios de nuestros proyectos en 26 países, unos 519.000 no disponían de una fuente segura ni básica, consumían agua de fuentes limitadas, no mejoradas o superficiales. Desde la Fundación hemos constatado la urgencia de cumplir con las metas del ODS 6 y comprobado que todas las soluciones pasan por la participación comunitaria, un factor clave para lograr la sostenibilidad de las instalaciones.
La falta de acceso al agua cuesta vidas, causa indignidad y es un lastre que imposibilita cualquier tipo de desarrollo que lleve a la erradicación de la pobreza, las hambrunas, y las enfermedades endémicas. Tenemos nueve años para lograr la Agenda 2030. No podemos desfallecer pues la pandemia de la covid-19 y los efectos de la crisis climática nos muestran lo vulnerables que pueden resultar los avances en estos logros esenciales para la realización de todos los derechos humanos.