“Acelerando el cambio”. El llamamiento de la ONU para el Día Mundial del Agua de este año tiene una lectura muy significativa: el reconocimiento implícito de que avanzamos a un ritmo muy lento hacia la consecución del ODS 6. En la declaración de la efemérides, la propia ONU señala: “El agua es un factor decisivo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, los avances distan mucho de ser satisfactorios, lo que socava toda la Agenda 2030”.
El Programa de Monitoreo Conjunto del Abastecimiento del Agua, el Saneamiento y la Higiene (PCM, también conocido por sus siglas del inglés, JMP) también aboga por una reacción más enérgica. En su informe Progress on household drinking water, sanitation and hygiene 2000-2020, advierte que alcanzar las metas del ODS 6 para 2030 requerirá cuadriplicar las tasas de progreso que se venía realizando en 2021.
Se trata de un acelerón tan considerable como necesario. Un síntoma de la urgencia que quiere inculcar la ONU es el lanzamiento de la Agenda de Acción del Agua en la Conferencia del Agua de la ONU 2023, un evento que no se celebraba desde casi 50 años.
¿Cómo acelerar?
Sí, tenemos que acelerar, ya que partimos de una realidad doliente y las cosas no parecen ir bien. Respecto al acceso al agua, en 2020, todavía más de 488 millones de personas bebían, cocinaban y se lavaban con un agua sin ningún control sanitario. En cuanto al saneamiento, las cifras son también demoledoras: son más de 1.116 millones los que no tienen en absoluto garantías de salubridad para satisfacer sus necesidades fisiológicas; entre ellos, casi 500 millones todavía defecan al aire libre. Por otra parte, las instalaciones de lavado de manos son inexistentes en más de 460 millones de hogares.
¿Cómo acelerar? Las perspectivas no auguran un camino fácil. Durante estos dos últimos años la situación no ha mejorado. La pandemia de la covid-19 ha supuesto un retroceso especialmente significativo en las economías más débiles y la guerra de Ucrania ha causado la disminución de muchas ayudas financieras cruciales. También la crisis climática se ha hecho más lacerante año tras año, dificultando el acceso al agua incluso en zonas que normalmente no presentaban escasez.
La acción individual se tiene que volver colectiva
El llamamiento de la ONU incide de nuevo en el fomento de la acción individual: “Necesitamos que todos tomen medidas. ¡Eso significa que tú también lo hagas!”. Sin embargo, la unión de las acciones de cada uno es lo que genera la fuerza del cambio y eso obliga a desarrollar el espíritu de cooperación. La capacidad de transmitir esta idea a los que tenemos a nuestro alrededor puede cambiar la forma en la que todos usamos el agua en nuestras vidas.
Un punto de partida fundamental es la educación. En nuestros proyectos en las escuelas, hemos comprobado la eficacia de la transmisión de la cultura del agua que ejercen los estudiantes en sus familias y comunidades. Los beneficiarios de la ayuda se multiplican y, sobre todo, crean un fondo de conocimiento social que les empodera y los hace resilientes frente a la escasez.
También nuestra iniciativa Aquanautas se ha continuado ampliando tras la pandemia. En el curso 2021-2022, realizamos 41 actividades escolares, en las que participaron cerca de 900 niños y niñas de 25 centros escolares de la ciudad de Barcelona. Nuestro objetivo, para este curso 2022-2023, es superar los 50 talleres, lo que significa que más de 1.000 escolares aprenderán y se sensibilizarán sobre los problemas del agua, participando en actividades pedagógicas, charlas y reuniones. Es un buen potencial para acelerar el cambio.
Alcanzar e implicar a todos los sectores
En nuestro ámbito de actuación, las instituciones tenemos una capacidad de actuación adicional. Podemos llegar con mayor facilidad a más sectores de la actividad económica y desarrollar iniciativas para fomentar la cooperación entre ellos. Esto es un eficaz catalizador para lograr objetivos socialmente complejos, y el ODS 6 lo es; acabar con los problemas de agua y saneamiento en el mundo precisa una sensibilización e implicación universales.
Desde la Fundación siempre hemos tenido muy presente que nadie aislado puede lograrlo; todas nuestra iniciativas han estado basadas en el principio colaborativo. La plataforma Smart Water es un caso de éxito en el esfuerzo de implicar a profesionales clave en el futuro del agua y el saneamiento: arquitectos, urbanistas, ingenieros y diseñadores son actores en la construcción del mundo que nos viene. Este pasado año, la culminación del ciclo Smart Water, Smart (collective) Creativity ha dejado establecido un nuevo foro de diálogo para impulsar a través del agua la participación creativa entre todos ellos.
Un mundo en el que el 3 % de la superficie terrestre está ocupado por ciudades en las que viven el 56 % de las personas, y que previsiblemente alcanzarán el 80% hacia 2035, nos da una idea de lo urgente que es establecer una activa colaboración inteligente y universal. Como señaló Carlos Garriga, director de la Fundación, en uno de los actos del final del ciclo: “La falta de agua nos concierne y nos afecta a todos: al sector público, al privado, a los hoteles, los arquitectos, los reguladores… Tenemos ante nosotros un enorme reto que nos interpela como sociedad. Y a la vez una oportunidad de colaboración única que sin duda marcará nuestro futuro”.
“Hagamos un trato”: la cooperación es eficaz
Una de las ideas colaborativas que fructificaron en el think tank de Smart Water fue el proyecto Hagamos un trato (Let’s Make a Deal) que lanzamos con Diamond Resorts en 2019. Su objetivo era implicar a toda la cadena humana de las instalaciones hoteleras, huéspedes y profesionales, para avanzar unidos hacia la sensibilización universal en la importancia del buen uso del agua y el respeto por el medio ambiente.
El resultado fue un éxito: logramos ahorrar 970.000 litros de agua reduciendo solamente el lavado de toallas, y 1,02 millones alargando el uso de sábanas. Además, Diamond Resorts logró recaudar 40.000 euros en donaciones para varios de nuestros proyectos de ayuda en India, Guatemala e Indonesia. Tras el parón de la pandemia, retomaremos la iniciativa en 2023, después de ahorrar más de dos millones de litros de agua y conseguir 85.000€ destinados a proyectos.
Mensajes en la COP27: si cooperamos, lo más difícil se consigue
Nuestra actividad nos permite estar presentes en los foros más relevantes a nivel internacional, como en la pasada COP27. En la conferencia de Sharm El Sheik, participamos en la mesa redonda Innovative Ways of Cooperation, organizada por la UNESCO y UNITAR, el gobierno de Costa Rica, la organización intergubernamental UPACE y la Cátedra UNESCO sobre la Paz de la Universidad Abat Oliba CEU. Allí destacamos el valor de la cooperación como factor clave en la consecución de cualquier objetivo solidario.
En el debate, expusimos nuestra experiencia con los gobiernos nacionales y los gobiernos locales en Burkina Faso. En el país africano, uno de los más pobres del mundo, logramos en cinco años que la provincia central de Sissili, pudiera declararse “Libre de Defecación al Aire Libre”. Lo hicimos con cooperación, reuniendo en la misma mesa al Ministerio de Agua y Saneamiento, al gobierno local, a algunas entidades locales y a una organización internacional como UNICEF. Aportamos nuestra experiencia en este campo forjada en decenas de proyectos de saneamiento en todo el mundo.
La cooperación que buscamos en cada proyecto es aquella que nos permite trabajar con diferentes organismos internacionales en lugar de sólo con uno. En la misma COP27, en la mesa redonda sobre el proceso de transformación para la reducción de la huella de carbono, organizada por la Fundación Privada Empresa y Clima en el pabellón español, expusimos otro caso del éxito de la cooperación: la construcción de pequeños y medianos embalses. Estas modestas infraestructuras hidráulicas están transformando la vida de las pequeñas comunidades campesinas de India que sufren la incertidumbre de los monzones y los estragos del monocultivo. En estos proyectos, como en todos, nos basamos en un modelo de co-financiación y de colaboración con las comunidades para lograr su capacitación y compromiso, factores esenciales para su efectividad y sostenibilidad. Así, los obstáculos se han convertido en una fuente de ideas para transformar y mejorar.
Cooperación en la comunicación
Una parte fundamental de nuestra misión es la sensibilización, lo que implica lograr la máxima difusión de la cultura del agua. En el Día Mundial del Agua siempre hemos desarrollado iniciativas en este sentido. Este año, iniciamos una colaboración con 5W, la prestigiosa revista de periodismo narrativo que ofrece una visión crítica y plural sobre el mundo.
La publicación española, que está logrando crear una comunidad creciente de lectores interesados en profundizar en realidades muchas veces invisibles, ha lanzado Agua, un número monográfico que presentaremos el 22 de marzo a las 18:30h en Roca Madrid Gallery. Es otro paso adelante para acelerar el cambio: que el mensaje llegue a cuantos más sea posible.
Estamos en un momento único y decisivo para que el mundo se una en torno al agua; si cooperamos los obstáculos se convierten en oportunidades.