Ahorrar millones de litros de agua, sensibilizar a los huéspedes en la importancia de las prácticas sostenibles, convertirlos en agentes de comunicación en sus hogares y conseguir donaciones para proyectos de ayuda en India, Guatemala e Indonesia son logros que podían parecer utópicos hace pocos años. Hagamos un trato (Let’s Make a Deal), la iniciativa que desarrollamos la temporada turística de 2018 con Diamond Resorts, lo consiguió. Fue una experiencia reveladora del rol del destino turístico como eficaz factor de concienciación en la importancia de la sostenibilidad en el uso del agua.
En total, se lograron ahorrar 970.000 litros reduciendo tan sólo el lavado de toallas, y 1,02 millones alargando el uso de sábanas. En lavabos y cocinas se instalaron más 1.500 filtros de agua para que los huéspedes se rellenaran las botellas We Are Water, lo que permitió ahorrar más de media tonelada de plástico de envases y vasos.
El pasado octubre, en plena depresión del sector por el confinamiento de la covid-19, en el debate Smart Water Smart Reaction, celebrado en la sala virtual de la Expo CIHAC Digital en Ciudad de México, arquitectos, promotores y profesionales del sector turístico corroboraron la importancia de estos objetivos.
Suzana Gomercic, vicepresidenta senior de operaciones europeas de Diamond Resorts, resumió los resultados de la iniciativa en sus establecimientos europeos, señalando que el éxito no estuvo sólo en el ahorro de agua: más reveladora y esperanzadora fue la concienciación de los huéspedes y de todo el personal de las instalaciones. Se logró con el desarrollo de programas educativos y lúdicos, como las actividades del programaAquanautas, para niños y niñas y sus familias. Gomercic destacó: “Unir la sostenibilidad a programas lúdicos es idóneo para concienciarnos en la cooperación y crear hábitos positivos que los huéspedes se llevaron de vuelta a sus hogares. Prueba del éxito es que logramos recaudar 40.000 euros en donaciones para los proyectos de la Fundación. Realmente logramos hacer vivir el mensaje”.
En el hotel, más gasto de agua que en casa
El ahorro de agua es el primer paso para un sector turístico sostenible. Es de general conocimiento que los turistas consumen más agua que los residentes y en cantidades muy distintas en función de los destinos. La Organización Mundial del Turismo (OMT) señala que en los hoteles europeos, cada huésped consume de media en torno a los 394 litros de agua por noche contratada; en Hong Kong, Singapur, Indonesia o Tailandia, la media sube notablemente hasta los 677 litros, mientras que en Barbados la cifra se dispara y alcanza los 839 litros.
Si relativizamos estos datos con los consumos de los huéspedes en sus domicilios, el contraste es impactante: un europeo medio consume en su casa entre 120 y 150 litros diarios. Si consideramos el caso de un ciudadano de Barcelona o Copenhague, que consume alrededor de 105 litros diarios – uno de los consumos más bajos de Europa -, vemos que puede llegar a multiplicar esta cifra por cuatro en sus vacaciones en un hotel mediterráneo europeo, y por ocho si lo hace en las Barbados. En un destino turístico, el consumo de agua “per capita”se multiplica espectacularmente respecto al doméstico.
Estos datos son “per capita”; si consideramos el consumo por plaza contratada, en 2017, en las instalaciones turísticas situadas en estos países, el consumo habitual puede alcanzar una media de 2.000 litros al día, y en algunos casos sobrepasar los 3.400 litros diarios.
Una presión insostenible para muchas zonas del mundo
El turismo internacional responde al reclamo de “sol y playa”: el 85% de los turistas internacionales va a lugares donde hay escasez de agua con tendencia a concentrarse en la época estival del hemisferio norte, ya que es la parte del mundo que genera más viajeros vacacionales. El impacto sobre los recursos hídricos de las comunidades locales es muy alto.
Recientes investigaciones profundizan en el análisis del consumo y ofrecen datos que obligan a la reflexión. Tres meses antes del confinamiento mundial, Universidad de Palma de Mallorca publicó un estudio de obligada lectura que aboga por un cambio urgente en la gestión del agua y en la responsabilidad ambiental de hoteleros y tour operadores.
Son recomendaciones que conforman las conclusiones de la experiencia de Hagamos un trato. La lavandería es una sección de alto consumo de agua, y éste es proporcional al número de estrellas del establecimiento. En los hoteles de tres estrellas europeos se alcanza un porcentaje mínimo del 12% del consumo total, pero en los hoteles de lujo de las zonas tropicales puede llegar a casi el 50 % del gasto total de agua, en el caso de que no practiquen ninguna medida de contención del lavado de sábanas y toallas. En estos casos, la lavandería es la actividad de mayor consumo.
Por otra parte, el gasto de agua está correlacionado al de la energía eléctrica. Las medidas de gestión eficiente y el uso de los recientes recursos tecnológicos puede llegar a ahorrar una gran cantidad de litros y kilovatios. Un estudio realizado por investigadores británicos y españoles calcula que un hotel de unas 100 habitaciones podría llegar a ahorrar al menos 227 litros por pernoctación implementando las medidas adecuadas. Tal hotel lograría ahorrar hasta 16.573 m3 de agua, 209.541 kWh de energía y 58.436 euros cada año.
La exhortación a los clientes a la reutilización de toallas y sábanas, y a la reducción del tiempo de ducha consigue ahorrar millones de litros de agua en todo el mundo; y mucho más si se añade la instalación de inodoros de baja descarga y grifería de bajo caudal. La sostenibilidad hídrica va a más en los nuevos establecimientos y resorts que apuestan por el reciclaje del agua para riego, la adopción de flora autóctona en la jardinería y la captación de agua de lluvia para el cultivo de huertos ecológicos. La arquitectura y el diseño de los nuevos destinos turísticos entran de lleno en las tecnologías smart, utilizando sistemas automáticos de regulación de la presión del agua y de detección de fugas y monitoreo del consumo.
El sector turístico es consciente de su potencial incalculable como herramienta de creación de la cultura de la sostenibilidad, cultura que es uno de su principales activos para remontar la crisis provocada por la pandemia. Ya antes del confinamiento, el turismo sostenible y respetuoso con el medio ambiente era clave para mejorar una distribución justa de la riqueza; ahora lo es más. Se estima que en 2030 se registrarán en el mundo unos 1.800 millones de llegadas de viajeros; la forma en que consuman agua será determinante para la sostenibilidad del planeta.