- Bruno y Willy García reparan la potabilizadora al paso por los meridianos de la India.
- La gestión del agua potable a bordo es fundamental para acabar la regata y una constante invitación a la reflexión.
El paso de los meridiano de la India coincidió con un fallo en la potabilizadora de agua a bordo del We Are Water (ver el vídeo de Willy García a bordo del We Are Water). “Hoy mismo hemos tenido un problema con la potabilizadora, la máquina que hace agua dulce, y durante una hora y media, que es lo que hemos tardado en encontrar la avería, hemos estado un poco angustiados – explicó Willy García por email – Si se te rompe el timón o el palo te tienes que retirar de la regata, pero si te quedas sin potabilizadora tienes un problema grave”. La potabilizadora (ver el vídeo de Cali Sanmartí y Carlos Pich) es la única fuente de agua potable a bordo y hay que tener en cuenta que en un velero de regata oceánica el agua no se necesita sólo para beber sino para comer, ya que la comida liofilizada necesita agua para rehidratarse.
La avería de la potabilizadora se dio en una zona distante, unas 1.600 millas náuticas del puerto más cercano, que era el de la ciudad australiana de Freemantle. La colonia científica de las islas Kerguelen se encontraba unas 600 millas al sudoeste del We Are Water, pero estaba situado dentro de la zona de exclusión de la regata, la zona de peligro de hielo flotante, y esto hubiera supuesto el abandono de la regata por descalificación. En el mejor de los casos, si la potabilizadora hubiera fallado y Bruno y Willy García hubieran decidido arrumbar a las islas Kerguelen, hubieran tenido que navegar dos días sin beber ni una gota de agua.
La importancia de cada gota
Esta situación muestra la importancia que adquiere la gestión del agua en un velero de regatas oceánicas. Estos barcos no transportan agua almacenada, ya que esto supondría un peso adicional, inviable para la competitividad del barco. Significaría además un problema de almacenamiento a bordo de un barco de unos interiores espartanos, en los que cada centímetro de espacio tiene una misión muy específica. La potabilizadora (o desalinizadora) se vuelve la fuente de vida del barco; una fuente de la que brota un exiguo chorro de agua del que no se debe escapar ni una gota.
“Estamos totalmente acostumbrados a abrir el grifo en casa o ir al súper a comprar agua, y a bordo te das cuenta de su importancia y de la importancia del mensaje que llevamos alrededor del mundo”, afirmó Willy García en la videoconferencia.
Mientras esto ocurría, más de 3.600 millas al norte, en el estado de Andhra Pradesh, en el centro de la India, los agricultores estaban pendientes de cuándo va a regresar el monzón de verano; los cultivos de los que viven sus familias y millones de personas dependen de ellos.
Allí también el agua se gestiona gota a gota. En los proyectos en los que la Fundación We Are Water colabora con la Fundación Vicente Ferrer, el agua es el bien más preciado, un don de la naturaleza que se recoge en pequeños embalses, se hace llegar mediante pozos y bombas a los agricultores, y se distribuye en los cultivos mediante regadíos por goteo. También es vital aprovechar cada centímetro cúbico de agua, que se pierda lo mínimo por evaporación y que cada gota llegue a las raíces de las plantas.
Bruno y Willy podrían navegar sedientos hasta un puerto, pero una vez allí acabarían sus penurias. En muchas zonas del mundo, el agua, que normalmente las mujeres se encargan de conseguir, está a varios kilómetros, y este agua cada vez escasea más. Y el agua es el eje vertebrador de los territorios pobres, la solución para evitar el desarraigo de los pequeños agricultores y ganaderos que se ven obligados a emigrar a los tugurios de las grandes ciudades.
El problema con la desalinizadora del We Are Water invita a otra reflexión: el consumo. En un velero de regata oceánica, el consumo diario de un navegante se sitúa sobre los 2,5 litros, aproximadamente la mitad de lo que consume un habitante de Hindeysa, en Etiopía, y ¡unos 150 litros menos que lo que consume un europeo medio!
El We Are Water continúa su ruta hacia el este y el pasado 12 de febrero doblaron el cabo australiano de Leeuwin, el segunda gran cabo del recorrido, y anteayer cruzaron el meridiano del proyecto de Filipinas, donde la Fundación trabaja con World Vision para rehabilitar los sistemas de agua y saneamiento de los afectados por el tifón Haiyan. El mensaje sigue dando la vuelta al mundo.
Recuerda que puedes seguir la evolución de la baliza Argo que lanzaron Bruno y Willy García en la página de la baliza del We Are Water.
Sobre la Fundación We Are Water
La Fundación We Are Water, impulsada por la empresa Roca, tiene como objetivos, por un lado, sensibilizar a la población en general y a las administraciones sobre la necesidad de fomentar una nueva cultura del agua en el mundo y, por otro, paliar los efectos negativos relacionados con la falta de recursos hídricos, mediante el desarrollo de proyectos de cooperación y ayuda junto a diversas organizaciones como Educación Sin Fronteras, Fundación Vicente Ferrer, Intermón Oxfam y Unicef.