El hielo del Himalaya no está lejos

©Guo Chai Lim

Los glaciares del techo del mundo menguan y amenazan el equilibrio de los ríos que alimentan a casi un tercio de la población mundial. Los primeros afectados son los pueblos que habitaban junto al hielo. A largo plazo lo podemos ser todos.

Vídeo

Toah’s ark. Anirudh Goutham (India). Animación. Finalista del We Art Water Film Festival 2013/14

El más reciente estudio sobre el hielo de la cordillera más alta del planeta da motivos a Toha para construir su arca. Expertos en clima e hidrología concluyeron en 2015 que los glaciares del Himalaya han retrocedido cada vez más hacia las cumbres. El protagonista del corto simboliza a los que ya están sufriendo directamente el derretimiento de la masa de agua helada. Son comunidades que han vivido junto a los glaciares desde que sus ancestros se asentaron allí siglos atrás, y ahora se han quedado sin su principal fuente de agua en los meses más calurosos de verano: el hielo.

El estudio fue realizado por el International Centre for Integrated Mountain Development (ICIMOD) nepalí, conjuntamente con la Universidad de Utrecht y expertos en glaciares del Centre national de la recherche scientifique, (CNRS) de Francia. Alerta de que los hielos himalayos desaparecerán entre un 70% y un 99% para 2100. El incremento de lluvias y nevadas en la cordillera, previsto por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), no compensará el deshielo provocado por el aumento de la temperatura atmosférica. La foto icónica de las inmensas cordilleras blancas coronadas por el Everest puede cambiar radicalmente hacia el gris de las rocas desnudas en menos de un siglo.

El problema humano se extiende aguas abajo, pues los ríos Indo, en Pakistán, Ganges y Yamuna, en India, y Bramaputra, en India y Bangladés, cuyos cauces se encuentran entre los más contaminados del mundo, sufren las consecuencias del deshielo al alterarse la estacionalidad de las crecidas y la calidad de agua. Por otra parte, datos satelitales (ver artículo) mostraron en 2009 que los acuíferos de la cuenca superior del Ganges descendían de nivel a un ritmo de 33 cm en su capa freática cada año. Además de la sobreexplotación del agua subterránea, vital para la agricultura, la causa de esta pérdida es el descenso del hielo glaciar.

Imagen We Are Water

© Mariusz Kluzniak

Las malas noticias sobre el hielo del techo del mundo vienen también de la vertiente norte de la cordillera. Otro estudio, impulsado por el gobierno chino, concluye que cada año se deshielan 247 km2 de los más de 46.000 glaciares del Tíbet, casi el 15% de los que aún quedan en el planeta, y donde nacen los ríos mayores de China: el Yangtsé, el Hongshui y el Amarillo. La FAO alerte de que si se añade a esta lista los ríos de la vertiente este, como el Irawadi, que atraviesa Birmania, y el Mekong, que riega China, Laos, Camboya y Vietnam, y que también se ven afectados por la alteración del hielo aguas arriba, la subsistencia de más de 2.000 millones de personas, casi un 30 % de la población mundial, está amenazada.

La salud de los glaciares de la Tierra no es una cuestión lejana: es vital para la salud y el equilibrio del planeta. Mitigar el calentamiento global es una obligación de todos los gobiernos del mundo, que no pueden caer en el irresponsable egoísmo de estrategias políticas y económicas a corto plazo; pero también lo es de cada uno de nosotros: pensar en el hielo que se derrite cada vez que abrimos el grifo o le damos al interruptor de la luz puede cambiar el destino de la Tierra.