La última fuente

Los grifos de las calles de Methinkot se secaron después del devastador terremoto de 2015, en Nepal. Los 700 habitantes del pueblo dependen ahora de una sola fuente a media hora de camino. El corto The last Sprout, de Poudel, uno de los finalistas del We Art Water Film Festival 4, narra la rutina diaria de Puspa, una chica de 12 años, su madre y su tía que emplean hasta seis horas diarias en pos de agua.

Vídeo

The last Sprout de Pudel (Nepal), finalista del We Art Water Film Festival 4. Categoría de Micro-documental.

Puspa y otras mujeres de su familia se levantan a las tres de la madrugada para caminar media hora en busca de agua. Hace más de tres años que ellas, como el resto de los casi 700 habitantes de Methinkot se quedaron sin el agua que brotaba de las fuentes que tenían en las calles del pueblo. Puspa recorre durante media hora una zona llena de peligros para llenar los bidones en la única fuente que no quedó seca tras el terrible terremoto del 25 de abril de 2015.

Luego regresa cargada de agua. Su madre y su tía vuelven luego a acarrear más agua; tienen que abrevar las cabras, cocinar, hacer la colada y lavarse. Llegan a emplear hasta seis horas al día en agotadores viajes a la fuente.

Puspa tiene 12 años y está en edad escolar. La tarea de ir a por agua le resta horas de escuela, pero su temor, el de las mujeres de su familia y del pueblo entero es que el agua deje de brotar de esta última fuente.

Imagen We Are Water

El terrible terremoto que alcanzó la magnitud 7,8 en la escala de Richter, tuvo su epicentro 150 km al noroeste del pueblo y causó en Nepal más de 7.000 muertos. 9,5 millones de personas quedaron necesitadas de asistencia humanitaria y la falta de agua y alimentos provocó 2,8 millones de desplazados internos.

El suministro de agua es muy vulnerable a los desastres naturales. Y esta vulnerabilidad es mayor cuanto mayor es el nivel de pobreza de los afectados. La primera consecuencia de una inundación en una zona de acceso precario al agua es lal contaminación de pozos y acuíferos. En los terremotos los sistemas de suministro se deterioran, cosa que se agrava en los países pobres que no disponen de inversiones en infraestructuras, y los afectados se quedan sin acceso al agua, a veces durante años, como es el caso de Methinkot.

La Fundación We Are Water se unió a la ayuda internacional y colaboró con World Vision y Oxfam en dos proyectos. En el proyecto con World Vision se suministraron bidones que han ayudado a unas 1.500 familias a transportar y almacenar agua para sobrevivir. En el proyecto con Oxfam se enviaron más de cinco toneladas de agua y material de saneamiento, desde el almacén de Oxfam en Barcelona, para ayudar a las personas damnificadas. Con ello se abasteció de agua potable a más de 30.000 personas.