El vídeo #CleanYourHeart (Limpia tu corazón) lanzado por la Fundación el Día Mundial del Retrete en India, es uno de los ejes de una campaña que tiene como objetivo impulsar un cambio de comportamiento entre los indios urbanos que emplean servicio doméstico: acabar con las desigualdades sociales y proporcionar libre acceso a todas las instalaciones sanitarias de sus hogares a los que trabajan en ellos. El corto se alinea con el objetivo del programa Swachh Bharat (Clean India) del Gobierno de India: lograr la total cobertura de servicios higiénicos en los hogares antes del 2 de octubre de 2019, el Día Internacional de la No Violencia, aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi, el padre de la independencia india.
Aunque oficialmente abolido en la Constitución de 1950, el sistema de castas sigue aún vivo en el comportamiento social de buen parte de la población de India. Esta actitud, definida por el propio Gobierno como uno de los frenos al desarrollo del país, se pone especialmente de manifiesto en el estatus del servicio doméstico en las ciudades.
Las reminiscencias de las estrictas normas de este sistema de jerarquización social de la tradición hindú se hace patente en los usos y costumbres de muchas familias bien asentadas económicamente que emplean en sus hogares a mujeres como sirvientas. Generalmente, a estas no les está permitido utilizar los mismos baños que las familias que ellas mismas limpian, por lo que en muchas ocasiones se dan las situaciones paradójicas como las que muestra el corto.
Más del 40% de las mujeres de India viven confinadas al trabajo doméstico y sufren en su mayoría esta discriminación asociada a algunos de los tabúes del sistema de castas, que mezcla la división del trabajo con las ideas ancestrales de pureza, distorsionando así el concepto de higiene personal y doméstica. Muchas de ellas, al no poder utilizar los baños en su trabajo se ven obligadas a usar baños insalubres o simplemente se detienen en la carretera o en un campo, exponiéndose a muchos riesgos como ataques sexuales o robos.
Estas mujeres sufren también la desigualdad de género ya que son uno de los grupos históricamente más marginados, especialmente vulnerables a situaciones de explotación como mano de obra barata o cercana a la esclavitud y mayoritariamente invisible para el resto de la sociedad.