La ciudad de Hyderabad en la India se encuentra a orillas del río Musi, es el centro de un área metropolitana que alcanza los 7.500.000 habitantes, formando así la 5ª aglomeración urbana de la India. La cuenca del río Musi recibe 645 millones de litros de aguas residuales al día que lo convierten en uno de los ríos más contaminados del mundo.
Según un estudio de la Universidad de Osmania, en Andhra Pradesh, India, el agua contaminada del Musi es la principal causante de la especial incidencia en la zona de artritis, diarrea, ictericia, alergias de la piel, dolor de estómago, malaria, envenenamiento alimentario, enfermedades oculares y todo tipo de problemas pediátricos. La contaminación ha afectado directamente a la agricultura, la ganadería y la pesca, creando condiciones de alto riesgo en el consumo de alimentos.
El mismo estudio muestra la pérdida de nivel adquisitivo que han sufrido los habitantes afectados al tener que comprar el agua para beber, y cómo la contaminación ha ido degradando la vida económica al destruir la mayor parte de los oficios como la tintura y lavado de tejidos, la alfarería y los derivados de la pesca que ya es casi inexistente. Las plantas depuradoras, como la que muestra el cortometraje, solucionan sólo una parte del problema y el estudio concluye alertando de la necesidad de medidas urgentes para la atención médica de los afectados, el tratamiento de las aguas residuales y la regeneración del suelo agrícola.
Krishna, el estudiante que relata la historia del cortometraje, ironiza sobre su infortunio y da una admirable nota de humor a su sobrecogedora lucha por la supervivencia. “Para la ciudad es agua residual, pero para nosotros es nuestra tabla de salvación… Alguien podría decir que las aguas residuales no son buenas… algunos dicen que están contaminadas y muchos que vamos a contraer enfermedades de la piel. Pero para nosotros, estas aguas residuales son nuestra vida, no tenemos ninguna queja y somos felices”.
Necessity Triumphs, la necesidad triunfa sí, pero a un coste inadmisible. Como los ribereños del río Musi, en India y muchas partes del mundo, millones de personas necesitan que el saneamiento llegue al ciclo integral del agua. Es su única alternativa para llevar una vida digna.