Sobre el terreno

Falta de suministro adecuado de agua en una zona muy pobre y afectada por la degradación medioambiental y el cambio climático.

El estado de Chiapas es una de las zonas de México con más deficientes instalaciones de suministro de agua y de saneamiento. Paradójicamente se beneficia de un clima con abundantes lluvias y de la geografía con más recursos hídricos del país: al menos cinco lagunas y 47 ríos, entre ellos el Grijalva, el segundo más caudaloso del país, que nace en Guatemala y desemboca en el Caribe, siendo un importante productor de hidroelectricidad.

Chiapas abastece de agua al 30% de México, pero lo paradójico es que allí se da la mayor concentración de mujeres y niñas que deben caminar para llevar a agua a sus hogares; en muchos casos los desplazamientos llegar a ser de cuatro o cinco kilómetros con cargas de 20 litros.

Otro problema es la contaminación debida a la falta de sistemas adecuados de saneamiento. El cólera fue endémico en muchas zonas de Chiapas durante la década de 1990 y, pese a haberse controlado, las enfermedades gastrointestinales infecciosas que afectan la vida de miles de niñas y niños no han disminuido. La consecuente desnutrición, que afecta a su desarrollo físico y cognitivo, sigue dañando la salud y el futuro de los más jóvenes.

Pese a su clima lluvioso, le cambio climático está afectando notablemente el cliclo del agua y sus efectos sobre la periodicidad de las lluvias están perjudicando la captación de agua de lluvia por parte de las comunidades indígenas, uno de los recursos que utilizan pata suplir la falta de suministro. También el cambio climático está multiplicando el daño medioambiental causado por la deforestación para la producción de café, maíz y la ganadería intensiva. Chiapas ha perdido el 55% de sus bosques nativos y está experimentado la degradación de los suelos.

Según el informe del Comité Estatal de Información Estadística y Geográfica de Chiapas, en 2022, el estado tuvo el mayor porcentaje de población en condición de pobreza ya que representó dos terceras partes de su población total, es decir 67.4% (unos 3,8 millones de personas).

Situadas en el centro del estado de Chiapas, las comunidades de San Pablo Huacano, San Antonio Buena Vista, Paraíso Huacano, Francisco I. Madero, y Nazaret no cuentan con la cantidad de agua potable suficiente para sus necesidades básicas. El sistema actual no esta diseñado para la demanda de las cinco comunidades, con un total de 560 familias, y no funciona bien.

Su población, 99% indígena, no tiene continuidad en el suministro: solamente les llega agua 15 días al mes, unos 30-45 minutos por día. La falta de contenedores adecuados para almacenar agua con garantías de salubridad y el escaso mantenimiento de la red de conducción y distribución son las principales causas.

La entrada tardía de la temporada de lluvias, a causa del cambio climático, aumenta la vulnerabilidad de la población, y genera estrés hídrico en toda la cuenca.

En detalle

La ampliación del sistema de abastecimiento de agua, permite que la comunidad mejore su calidad de vida, y sus miembros puedan dedicarse a otras actividades. Además se trabaja con ellos la sostenibilidad del sistema y la protección y uso adecuado de los recursos naturales.

El proyecto se enfoca proporcionar un suministro seguro de agua para reducir la vulnerabilidad de la población, así como el riesgo a contraer enfermedades relativas a la calidad y cantidad de agua.

Los beneficiarios directos son las comunidades de San Pablo Huacano, San Antonio Buena Vista, Paraíso Huacano, Francisco I. Madero y Nazaret. Indirectamente se beneficiará la población flotante de estas comunidades que harán uso del sistema instalado.

El proyecto se estructura en los siguientes bloques:

1. Realización de la obra de captación en el nacimiento de agua complementario.
2. Instalación de la tuberías de conducción al tanque de almacenamiento principal.
3. Rehabilitación de la tubería de conducción del tanque principal al núcleo poblacional.
4. Desarrollo de sesiones de capacitación para el uso y mantenimiento del sistema por parte de la comunidad.

La base del proyecto es construir una segunda captación para el sistema de acueducto de San Pablo Huacano, en donde habitan un poco más de 1.000 familias. Con la segunda fuente de abastecimiento de agua, se busca que las comunidades aumenten la disponibilidad y frecuencia en el servicio de agua potable.

Además desarrollamos sesiones de sensibilización sobre prácticas de higiene y capacitaciones en la operación y mantenimiento del sistema, que incluye cobro de tarifas justas.

El proyecto ha sido diseñado de acuerdo con las necesidades identificadas por World Vision, las las comunidades y sus líderes. Las actividades planificadas se han coordinado con todas las partes involucradas, y la población ha participado en las fases de identificación y formulación. Su participación continúa en las fases de implementación, seguimiento y evaluación con el fin de garantizar la calidad de la intervención, su apropiación y sostenibilidad.

El proyecto se desarrolla bajo un marco de implementación que consta de las siguientes etapas:

• Etapa 1: Recorrido técnico para determinación de tecnologías apropiadas.
• Etapa 2: Adquisición de materiales y equipos.
• Etapa 3: Capacitación técnica para el uso de la tecnología instalada.
• Etapa 4: Seguimiento y monitoreo. Etapa 5: Rendición de cuentas.

World Vision México es el socio ejecutor, a través de su personal local. Tiene amplia experiencia en este tipo de intervenciones, además de presencia permanente en la zona de implementación del proyecto, lo que garantiza un acompañamiento continuo.

Perspectivas de sostenibilidad

El proyecto incorpora en el proceso todo el componente de capacitaciones técnicas y administrativas, para garantizar el uso, la operación y mantenimiento del sistema. Esto facilita a las cinco comunidades tener los conocimientos y habilidades necesarias para la gestión del sistema; lo que incluye capacitaciones y actividades de sensibilización para el cobro de tarifas justas.

Además el sistema, al ser por gravedad, requiere de bajo mantenimiento al igual que sus costes de operación.

El proyecto cuenta con el compromiso de las comunidades para el uso y mantenimiento del sistema; éstas aportan, como parte de la apropiación del sistema, el material de río necesario para las obras y su mano de obra cuando así se requiere. Durante la fase constructiva, se realizan también las sesiones de capacitación y sensibilización, de tal manera que al final de proyecto, las comunidades cuentan con todas las herramientas y mecanismos para la adecuada gestión del sistema.