En hindi, Mithi significa “dulce”, pero las aguas del corto río que atraviesa la ciudad de Mumbai hace décadas que dejaron de serlo. Basuras flotantes comenzaron a cubrir su superficie sin apenas dejar ver el agua, y las playas que secundan su desembocadura fueron consideradas hace 10 años las más contaminadas del mundo. Ahora, la ciudadanía y el Gobierno luchan por recuperar el entorno degradado de la ciudad más poblada de India.
Hasta finales del siglo XIX, el Mithi era en realidad una riera con caudal de agua sólo en la estación del monzón. En 1799 se construyó la presa que creó el lago Powai, y en 1986 la del lago Vihar; ambas permitieron que el cauce del Mithi llevara agua en la estación seca y lograron regular las violentas avenidas de provocadas por los monzones.
De río a cloaca a cielo abierto
Todo ello se realizó en la isla de Salsette para proveer de agua potable a la creciente Mumbai. El desarrollo de la ciudad fue descontrolado a lo largo y ancho de los 619 kilómetros cuadrados de la isla. Después de la independencia de India en 1947, Mumbai se convirtió en el centro financiero del país y un foco de atracción migratoria que generó tugurios como el de Dharavi, al sur del Mithi, que con más de 216 hectáreas fue calificado en 2012 como el mayor tugurio de Asia.
Los 18 km del cauce del Mithi se convirtieron en una cloaca abierta donde se vertían las aguas residuales y los desechos industriales de las fábricas textiles de algodón y de actividades ilegales como el lavado de embarcaciones y bidones de aceite. A la descarga de residuos peligrosos no autorizados, en la década de 1970, se añadió la contaminación del plástico que taponó muchos desagües y convirtió las crecidas por las lluvias monzónicas en un peligro para la población. Los lagos Powai y Vihar se volvieron insalubres y las potabilizadoras tuvieron que ser constantemente reformadas hasta que el agua del suministro urbano tuvo que venir cada vez de más lejos.
La marea contaminante acabó en las playas adyacentes a la desembocadura del río y los ricos manglares de la zona iniciaron una progresiva degradación. En 2015 se estimaba que Mumbai había perdido cerca del 40 % de los manglares que tenía en la década de 1980, unos 38.000 kilómetros cuadrados.
Además de absorber hasta cuatro veces más carbono que otros bosques tropicales, los manglaresmantienen el equilibrio entre la tierra y el marco y constituyen una defensa natural contra las inundaciones y la erosión. Las desastrosas lluvias de 2005, que causaron la muerte de más de 1.000 personas en la ciudad, concienciaron a los ciudadanos y a la administración de que la urbanización descontrolada había constreñido el cauce del río, provocando las inundaciones, y de que los manglares eran más que vegetación salvaje y formaban un cinturón que protegía a la ciudad-isla.
Una reacción en la que se mira el mundo
La amenaza de la subida del nivel del mar y el incremento de fenómenos meteorológicos extremos a causa del cambio climático hace a las comunidades costeras como Bombay más vulnerables y más necesitadas que nunca de esta protección natural.
Después de las inundaciones, se tomaron medidas para proteger los manglares. El gobierno municipal creó un departamento para tal fin,que se encargó de patrullar el terreno y de disuadir a la gente de arrojar desechos a base de cuantiosas multas. Los bosques de manglares sobrantes están ahora también protegidos de los proyectos urbanísticos, una amenaza constante por el acelerado crecimiento de la ciudad.
En 2015, el ministerio de Medio Ambiente, reconoció que la contaminación del río provenía en un 93 % de desechos domésticos y en un 7 % de desechos industriales. En la actualidad hay más de 1.500 industrias a lo largo del río, la mayor parte de las cuales vierten sus desechos al cauce.
Numerosas iniciativas ciudadanas y gubernamentales para proteger el agua y recoger basura se vienen desarrollando esta última década; sinembargo, el Mithi sigue cubierto de plásticos y la basura sigue llegando a las playas. Las medidas que persiguen a las industrias contaminantes y el tratamiento de las aguas residuales mediante carbono activado son necesarias, pero no solucionan el problema de la falta de saneamiento y de servicio de recogida de basuras de los barrios marginales. Mumbai demuestra que la contaminación del agua es en buena parte debida a la pobreza.
La lucha contra la contaminación de sus aguas es tan urgente en Mumbai como la atmosférica, una de las peores del mundo. A ello se añade el imperativo de la reducción de los residuos plásticos, un problema que en India es especialmente grave. En el Día Mundial del Medio Ambiente de 2018, el Gobierno lanzó el lema “Vencer la contaminación del plástico”. El estado de Maharashtra, del que Mumbai es la capital, fue especialmente activo,con importantes restricciones prohibiendo la fabricación, almacenamiento y ventade productos desechables de plástico. Pero aún no son visibles los beneficios de estas medidas, que muchos consideran insuficientes.
Como de costumbre, el rápido y enrome crecimiento económico de India ha puesto en evidencia los desastres que genera la incapacidad de una gobernanza que se ve desbordada por los desequilibrios del desarrollo. Pero también las soluciones tienen una potente carga de aprendizaje para el resto del mundo. El deterioro del río Mithi debe pasar a la historia. Todas las ciudades del mundo tienen algo que aprender.